Más allá de las diferencias entre sexos para acumular grasa, cada individuo puede percibir las zonas donde tiene los mayores depósitos adiposos y que le resultan más difíciles de adelgazar.
Los lugares más difíciles de adelgazar son:
- Cadera
- Glúteos
- Piernas
- Abdomen
- Pecho/tórax
- Cara
- Nuca
- Espalda
- Brazos
Cada persona tiene tendencia a acumular más grasa en determinadas zonas del cuerpo, por ejemplo, el abdomen, la cadera, las piernas, el pecho, los brazos, la espalda, etc. Por eso, al momento de realizar un programa para perder peso, esas zonas suelen ser las más difíciles de adelgazar.
¿Cuáles son las zonas más difíciles de adelgazar?
Las zonas más difíciles de adelgazar son aquellas en las que la grasa se acumuló en mayor proporción y es por eso que tenemos la sensación de que adelgazamos todo el cuerpo menos esa región problemática, pero en realidad también se reduce la grasa de esa zona, solo lleva más tiempo notar resultados a simple vista.
A modo de ejemplo, en la cara se acumula mucho menos cantidad de grasa que en el abdomen, entonces una persona que tiene un sobrepeso abdominal marcado notará que su cara se adelgaza rápidamente mientras que su abdomen permanece (según su percepción) igual. Lo cierto es que el depósito adiposo en la cara era mucho menor y enseguida se consumió esta reserva energética, y, a pesar de que en el abdomen también se redujo la cantidad de grasa, aún existe un predominio marcado de tejido adiposo en esta zona corporal.
De todos modos, no existe ninguna localización de grasa imposible de eliminar. El secreto está en ser perseverante con la alimentación saludable y con la actividad física, principalmente aquella aeróbica (de resistencia) que consume una gran cantidad de energía y acelera la reducción de la masa grasa en todo el cuerpo. Adelgazar es un proceso que lleva tiempo y que exige dejar el sedentarismo y construir hábitos alimentarios saludables.
Adiposidad ginoide y adiposidad androide
Los hombres tienen mayor predisposición a acumular grasa en la zona abdominal, y esta adiposidad viscero-abdominal se relaciona con mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular y con complicaciones metabólicas (hipertensión arterial, diabetes tipo II, colesterol elevado, triglicéridos elevados). A mayor edad en el hombre, se incrementa notablemente la velocidad con la que se deposita la grasa en la región abdominal y torácica.
En las mujeres, la localización de la grasa varía según los cambios hormonales. Las mujeres en edad fértil acumulan grasa mayormente en la región femoroglútea (ginoide), es decir en glúteos, piernas y cadera, mientras que tras la menopausia se produce una redistribución de la masa grasa y ésta tiende a depositarse mayormente en el abdomen, como sucede en los hombres, y se iguala el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular.
¿Es posible orientar la reducción de la grasa a una zona específica del cuerpo?
Cuando se realiza una dieta hipocalórica y actividad física regular para adelgazar, se reduce el porcentaje de masa grasa en el cuerpo pero está disminución es generalizada, es decir, es imposible llevar una dieta o realizar ejercicio físico para reducir el tejido adiposo de una región corporal en particular.
A raíz de lo mencionado anteriormente podemos aprovechar para desmitificar que el limón, el bicarbonato de sodio o el jengibre contribuyan a “quemar” la grasa abdominal, o que los abdominales sirvan para deshacerse de la adiposidad del abdomen, o que las sentadillas eliminen la grasa depositada en los glúteos.
Por supuesto que el ejercicio físico, tanto aeróbico como anaeróbico, sirve para reducir la masa grasa corporal y para tonificar y aumentar la masa muscular, pero ningún ejercicio ni alimento “quema” la grasa de una zona corporal específica.
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